martes, 25 de noviembre de 2008

BASURA Y EL DESPERDICIO DE RECURSOS

El tema del manejo de la basura es un asunto de orden internacional, pues todos los habitantes del planeta en algo contribuimos a esa problemática. Pero en mayor grado, las grandes industrias y nuestros hogares son actores principales como proveedores de esta situación.
Los expertos y analistas ambientales señalan que más de la mitad de los alimentos producidos en el mundo son desperdiciados, sea esto en su proceso productivo o en el proceso de transporte y distribución de los mismos. También algo muy doloroso surge con el proceso de tala de árboles, por ejemplo, un finquero o más bien, un industrial corta un árbol maderable, que podría tener una vida de cuatrocientos años, por ejemplo un árbol de ceiba, del cual su aprovechamiento no supera el 30%, pues en el bosque quedan el tronco, las ramas, raíces y hojas, y la destrucción que causa a su alrededor. Además en su proceso de industrialización también surge un alto porcentaje de desperdicio. Y así se acaba para siempre la historia de dicho árbol, con todas las consecuencias ambientales relacionadas.
Y qué hay de los alimentos enlatados y emplasticados? Tenemos entonces una "economía de desperdicio". ¡Y qué hay de nuestra agua?. Indudablemente es un recurso que no valoramos. Construimos ciudades sobre nuestros mantos acuíferos, los contaminamos sin pensar en el mediano y largo plazo.

En el mundo, cada año se producen 138 millones de toneladas de plástico. De estas, se estima que 10 millones van al mar. Esto, a manera de ejemplo, significa 500 mil furgones descargando resina en el océano, cada año. Costa Rica importa cada año 180 mil toneladas de plástico como resina o producto terminado. Además, el país ocupa el primer lugar en Latinoamérica en el consumo de empaques desechables per cápita, según el Ministerio de Planificación (MIDEPLAN).
Véamos algunos ejemplos de cuánto tardan en pudrirse algunos materiales:
  • Pañuelos de algodón: 1 a 5 meses.
  • Papel: 2 a 5 meses.
  • Calcetines de lana: 1 a 5 años.
  • Envases y cartones de leche tetra parks: 5 años.
  • Filtros de cigarrillos: 1 a 12 años.
  • Zapatos de cuero: 25 a 40 años.
  • Nailon: 3o a 40 años.
  • Vasos de aislante término de poliestireno: 100 años.
  • Anillos plásticos de paquetes de latas de aluminio de seis pack: 450 años.
Un caso de mucho cuidado es el manejo de los desechos hospitalarios, pues en muchos lugares dichos desechos son mezclados con la basura tradicional, lo cual constituye una gran amenaza a la salud pública. Para esto los gobiernos municipales y las autoridades de salud tienen una responsabilidad directa.
Al menos ya existe conciencia sobre dicha problemática y algunas empresas están tomando medidas al respecto. Por ejemplo, la cadena Auto Mercado llevarán sus productos en bolsas biodegradables. Otra cadena de supermercados con programas ambientales para la sustitución del plástico por materiales biodegradables es el Grupo Empresarial de Supermercados S.A. Wal-Mart Costa Rica evalua opciones sobre bolsas hechas a base de productos orgánicos.
Por su parte la empresa Productos Plásticos S. A., es un ejemplo de esfuerzo empresarial por contribuir a contrarrestar la producción de desperdicios no biodegradables. Véase al respecto la siguiente dirección, en la cual destaca que "El principio del fin de la contaminación por plástico llegó a nuestro país este martes con la primera línea de productos lácteos contenidos en envases 100% oxo-biodegradables, que se desintegran y se reincorporan al medio ambiente. Se trata de la más avanzada solución con que cuenta el mundo actualmente y que ya está disponible para los consumidores costarricenses gracias a una alianza entre la Corporación Monteverde S.A., Proplax S.A. y Milenio Tres S.A."
Se requiere para ello de una política nacional y local, así como una conciencia mayor de la población costarricence, esto es una cultura ambientalista. El problema de la basura es complejo y sistémico, por lo que para una solución eficaz, es necesario la participación de un buen número de actores políticos, económicos, sociales y ambientalistas y de manera especial, una educación desde el seno familiar. El empleo de materiales reciclables y biodegradables son una opción buena que deben asumir los industriales, los mayores productores de basura.